//= $monet ?>
La chica está acostumbrada a que la traten así. El marido impotente la perdió en las cartas. Por eso la han estado jalando como una perra todo el día. Y cuanto más fuerte es la estaca, más fuerte la meten dentro. Sólo que el coño está ya tan acostumbrado a los nuevos amos, a la abundancia de leche, que no quiere volver atrás.
Aquí hay una confesión honesta. Quién de vosotros sería capaz de resistirse si una compañera de trabajo guapa y joven (ya sea rubia o morena) de repente quisiera sexo (le picaba todo, no podía resistirse) y empezara a molestaros. Sin nadie en la oficina excepto tú, y no te importa acariciarla, o al menos "
Felicidades a mí también.