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La chica está acostumbrada a que la traten así. El marido impotente la perdió en las cartas. Por eso la han estado jalando como una perra todo el día. Y cuanto más fuerte es la estaca, más fuerte la meten dentro. Sólo que el coño está ya tan acostumbrado a los nuevos amos, a la abundancia de leche, que no quiere volver atrás.
La morena podría meterse tres consoladores así en su raja a la vez. ¡Parece que su cueva ya ha sido desarrollada por Alibaba y los Cuarenta Ladrones!